Alcalá de Guadaira era conocida antiguamente como Al-Qal’at, una fortaleza árabe que fue conquistada por los cristianos en el siglo XIII. Los molinos fueron construidos poco después de la conquista y se utilizaron para moler trigo y otros cereales. Durante siglos, fueron una parte vital de la economía local, proporcionando alimentos a la población y generando riqueza para la ciudad.
El pasado sábado 13 de mayo, la Fundación Patrimonio Industrial de Andalucía organizó una ruta muy especial por los molinos del río Guadaira, situados en el hermoso Parque de Oromana, en Sevilla. En esta visita guiada, los participantes tuvieron la oportunidad de adentrarse en la apasionante historia de estos molinos y conocer de cerca su funcionamiento.
El guía encargado de conducirnos en esta aventura fue Juan Hurtado Lissen, un verdadero apasionado de su tierra. Juan es miembro del Consejo de Transición Ecológica del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra y del Comité Ejecutivo de FICA, la Federación de Industriales y Comerciantes de esta localidad. Su conocimiento y amor por esta zona se hicieron evidentes durante toda la visita, lo que la convirtió en una experiencia realmente enriquecedora.
Un grupo de veinte personas, conformado por colegiados y personal de la Fundación, comenzamos nuestra ruta junto al río Guadaira, siguiendo los senderos que nos llevaron a los molinos de San Juan, Benarosa y del Algarrobo. Estas construcciones históricas nos transportaron a épocas pasadas, en las que la energía del agua movía las ruedas de los molinos y daba vida a la industria de la zona.
Uno de los momentos más destacados de la visita fue la entrada al Molino de Aceña, que recientemente ha sido restaurado y abierto al público. Pudimos recorrer sus estancias y descubrir cómo se molía el grano en tiempos pasados. Fue realmente emocionante poder adentrarnos en este lugar tan emblemático y conocer de cerca su funcionamiento. El Molino de la Aceña es uno de los más antiguos y mejor conservados de la zona. Fue construido en el siglo XIII y se utilizó hasta el siglo XX.
La ruta finalizó en el Museo de la Harinera, una antigua fábrica de harina que ha sido convertida en una zona expositiva y centro de interpretación. Este espacio es esencial para comprender una de las señas de identidad históricas de Alcalá de Guadaíra: la industria del pan. Aquí pudimos conocer de cerca los diferentes procesos de producción y las herramientas utilizadas en la antigua fábrica, lo que nos permitió entender mejor la importancia de este sector en la historia de la localidad.
En resumen, la visita a los molinos de la ribera del Guadaira fue una experiencia única en la que aprendimos mucho sobre la historia industrial de Alcalá de Guadaíra y pudimos disfrutar de la belleza natural del Parque de Oromana.