El pasado 1 de agosto en la Plaza Marruecos de Almuñécar (Granada) asistimos a la presentación del libro “La caña de azúcar en Almuñécar. Una aventura milenaria en el valle del río Verde”, obra fruto de la minuciosa investigación de Nicolás Antonio Fernández.
Alberto M. García Gilabert, concejal delegado de Cultura, Patrimonio, Fiestas, Relaciones Institucionales y Educación, junto al autor, Nicolás A. Fernández.
Hablar de patrimonio azucarero en Andalucía es hablar de una cultura milenaria que llegó en el siglo X con los árabes a nuestro territorio.
Almuñécar fue pionera en nuestro país en una doble fase, preindustrial e industrial, al establecer un rico comercio medieval y una economía sustentada en un activo tráfico mercantil que traspasó fronteras, sobre todo, hacia las plazas del norte de Europa y del Mediterráneo. En esa labor destacaron los mercaderes genoveses, que crearon una red estable con los comerciantes judíos y árabes de este litoral.
El 24 de julio de 1846 se inaugura La Peninsular en Almuñécar, primera fábrica moderna en territorio peninsular dedicada a la explotación del azúcar de caña con máquinas de vapor y a la elaboración de ron de caña.
Y en palabras del autor, “al despertar el siglo XX, el cooperativismo ofrece otra forma jurídica que también será precursora, por tercera vez, en esa actividad azucarera. El régimen asociativo crea las primeras uniones cañeras del país en el valle del río Verde, como reacción a las condiciones impuestas por la familia Márquez y, con posterioridad, por la Sociedad General Azucarera de España”.
Este libro recoge, en la medida de lo posible, a sus personajes primordiales a través del tiempo. Sus nombres, sus inquietudes y su legado no aparecen en ninguna otra historia. Constituye la monografía silenciada hasta ahora sobre la aventura milenaria de la caña dulce en este valle, que se anticipa en varios siglos a ese mismo cultivo y explotación en otras localidades y villas próximas.
Extraordinaria fotografía aérea tomada a finales de la década de los años veinte, con el Hotel Palace (inaugurado en 1925) y los baños de Marín en el paseo del Altillo (ca) 1928-1930.
En la imagen superior, en la parte central, se aprecian las chimeneas y las naves industriales de las fábricas azucareras (San Rafael y Nuestra Señora del Carmen, en San Cristóbal, y la del Ingenio Real del Agua en San Sebastián, apenas visible la de Santa Teresa, en la plaza del Teatro, hoy de La Fabriquilla en su recuerdo). El casco urbano se concentra entre la iglesia parroquial y la mole del cementerio ubicado en el recinto del castillo de San miguel, abrazado por los antiguos lienzos de la muralla (entre la actual avenida de Andalucía y el callejón de Cala o de la Najarra). En la parte delantera derecha, adosado al peñón del Santo, se halla el almacén al servicio de la industria azucarera denominado La Calamina; fue levantado por la entidad malagueña Hijos de Manuel Agustín Heredia entre 1863 y 1864. Fotografía cortesía del archivo de Nicolás A. Fernández.
Con el respaldo de la Asociación Almuñécar Patrimonio Cultural y la colaboración de FUPIA, se llevó a término la presentación del libro, rodeados por vecinos de las localidades de Almuñécar, Otívar y Jete, así como nostálgicos que regresan año tras año a la costa y que todavía aún recuerdan la arquitectura industrial azucarera que conformaba un paisaje singular ya desaparecido en aras de la especulación inmobiliaria.
La publicación puede encontrarse físicamente en las librerías Contreras, Cala y Dayda de Almuñécar.
Datos de interés:
La caña de azúcar en Almuñécar. Una aventura milenaria en el valle del río Verde
Fernández Fernández, Nicolás Antonio
Editorial: TLEO
Año de edición: 2023
ISBN: 978-84-126416-8-4
Páginas: 428